martes, 31 de marzo de 2020

Entrada Triunfal en Jerusalen 4º,5º,6º de Primaria

La entrada triunfal en Jerusalén (Mc, 11,11)


(Mt. 21.1-11; Lc. 19.28-40; Jn. 12.12-19)


(Os pongo el texto del evangelista Marcos, y las citas de los otros evangelistas para poder leer y así buscar las diferencias entre los relatos).



11  Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos,
y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo.
Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá.
Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron.
Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino?
Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron.
Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él.
También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino.
Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: !!Hosanna! !!Bendito el que viene en el nombre del Señor!
10 !!Bendito el reino de nuestro padre David que viene! !!Hosanna en las alturas!
11 Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce.


REFLEXIÓN SOBRE LA LECTURA BÍBLICA

Este episodio del evangelio, trae elementos concretos que pueden ser de gran interés que se captan con facilidad y vamos a fijarnos en ellos: el burrito prestadolas palmas agitadas por la gente que sale de sus casas a recibir a Jesús como a un rey, los gritos alegres y entusiastaslos mantos lanzados al suelola sencillez de Jesús:

SIENDO HIJO DEL DUEÑO DEL MUNDO, NO TIENE NI SIQUIERA UN ASNO O CAMELLO PARA HACER SU ENTRADA EN LA CIUDAD GRANDE DE JERUSALÉN.

El Domingo de Ramos que ahora celebramos nos anuncia que Jesús viene como nuestro Salvador y nosotros lo recibimos con aclamaciones y aplausos en el fondo de nuestros corazones.


Cuando un rey, o el presidente de un país visita otro país, las autoridades y miles de personas salen a las calles y lo saludan con pancartas, papel picado, banderitas y hasta flores. Y a veces se sube a un automóvil descapotable muy elegante para que todos puedan ver lo desde lejos ¿verdad que sí?

Bueno, algo parecido le sucedió a Jesús. El domingo antes de morir se dirigió con sus amigos a la ciudad de Jerusalén. Le pidió a uno de sus discípulos que consiguiera prestado un burrito para entrar a la ciudad. Montó sobre él y seguido de sus amigos entró a la ciudad. Una gran multitud de gente salió de sus casas al encuentro de Jesús. Habían oído muchas cosas hermosas de Él, de su amor por los niños, por los pobres, de la sabiduría de sus palabras, de que sanaba a los enfermos.


Entonces, cuando lo vieron montado en un asno se acercaron lo más que pudieron agitando entusiasmados ramos de palma y olivo. Y gritaban llenos de alegría: ¡“Viva, viva. Aquí llega el Rey, el Mesías. Bendito sea el que viene en el nombre del Señor”!Jesús recibía estos saludos con una sonrisa humilde y mucha paz. El burrito se portó muy bien, no protestó, al contrario caminaba contento de llevar sobre su lomo al Hijo de Dios.



No hay comentarios:

Publicar un comentario